Con sólo 0,44 km2, el Estado soberano más pequeño del mundo no puede medirse sólo por su tamaño. Con museos que albergan una legión de obras maestras épicas -la Capilla Sixtina de Miguel Ángel y las Estancias de Rafael, por nombrar sólo algunas- y la mayor iglesia católica del mundo, la Basílica de San Pedro, todo dentro de sus fronteras, la Ciudad del Vaticano es una de las principales atracciones de Roma que constituyen una experiencia sobrecogedora y siempre sobrecogedora.
La Ciudad del Vaticano, país autónomo, cuenta con unos 600 ciudadanos entre cardenales, miembros de la Guardia Suiza, clérigos y una sola monja. También es el único país declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin embargo, la mayoría de estos ciudadanos viven en el extranjero, y los miembros del clero desempeñan cargos diplomáticos electos en todo el mundo.
Los Papas no empezaron a vivir en el Vaticano hasta el siglo XIV. Antes residían en el Palacio de Letrán, al otro lado de Roma.
En varios momentos de la historia de la Ciudad, los Papas se vieron obligados a huir por un pasadizo secreto, conocido como el Passetto di Borgo. Este pasadizo se construyó por primera vez en 1277 como vía de escape que unía el Vaticano con el Castillo de Sant'Angelo, a orillas del río Tíber.